Autora: Karol Viviana Luna Zarama

Pasto fue un importante enclave económico y político en el corredor estudiado, los enlaces consolidados por las parentelas contribuyeron a establecer la interrelación entre Quito, Popayán y Pasto a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Las diversas redes generaron una ciudad en permanente contacto con el resto del Virreinato, e incluso este trabajo permite demostrar como la ciudad de Pasto fue un eje funcional y necesario para el tráfico interregional entre el Suroccidente del Virreinato de la Nueva Granada y la Audiencia de Quito.

Además, la ciudad de Pasto, por su protagonismo en las guerras de independencia, fue en varias ocasiones territorio de diversas incursiones y confrontaciones. La necesidad de Quito de incentivar el mercado hacia el interior de la Nueva Granada configuró a Pasto como un punto de contacto fundamental para los quiteños, quienes avanzaron sobre la ciudad en varias ocasiones.

Las redes políticas, sociales y económicas que se desarrollaron en la ciudad de Pasto entre 1781-1815; y el accionar de las agrupaciones buscaron adquirir y/o ampliar los diversos privilegios existentes durante la época y en torno a ellos se formaron diversos enlaces: matrimoniales, clientelares, comerciales, entre otros. Las redes identificadas se formaron y fortalecieron fruto de los diversos enlaces obtenidos por los habitantes y forasteros que llegaban a la ciudad y al corredor, afectando notablemente su dinámica política y económica.

El corredor atrajo a viajeros de España, de otras regiones del continente americano y del Virreinato de la Nueva Granada. Algunos eran ascendientes de conquistadores, y llegaron a la ciudad entre los siglos XVII y XVIII, y estaban los criollos con fortuna económica, pero con búsqueda de distinción y apellidos para acceder a oficios que les dieran algún tipo de privilegio: tierras, acceso a oficios en los cabildos, participación en el comercio del corredor, matrimonios entre otros.  Los migrantes consolidaron parentelas fuertes entre las diversas ciudades del corredor. Esta situación generó enfrentamientos entre dos de las parentelas más fuertes de la ciudad: Santacruz y de la Barrera.

Finalmente, la utilización del concepto “corredor”, permitió comprender a las tres ciudades como parte de un todo, las cuales lograron una dinámica consolidada durante el periodo de investigación. Finalmente, se puede afirmar que no existió una confrontación entre las parentelas por sus orígenes criollos y/o peninsulares, sino por el acceso a los privilegios, los cuales les permitían una amplia margen de acción política y económica.