Autores: Gabriela Hernández Vega; Ana Barrios Estrada; Mireya Uscátegui de Jiménez; Giraldo Javier Gómez Guerra; Álvaro Torres Mesías
Las formas de evaluar se repiten en los diferentes cursos, son rutinarias y cuantitativas, se utiliza para controlar lo que hacen los estudiantes. Lo que importa es aprobar con facilidad y seguridad y conseguir una buena calificación. Para los docentes es más cómodo utilizar las mismas estrategias de evaluación durante años y que les han resultado más fáciles de “calificar” y “controlar”. Así el círculo vicioso. ¿Pero existen alternativas?, por supuesto, si hay iniciativas concretas de innovación en evaluación interesantes y hasta ejemplares en nuestros días, pero generalmente aisladas, asociadas a compromisos individuales o de grupos reducidos. Si bien es cierto que ya sabemos todo lo que hay que saber sobre la evaluación y que, ahora, lo único
que falta es la voluntad y el compromiso de llevarlo a la práctica, en estudios donde se recupera la voz del estudiantado, éste señala que la mayoría de los docentes desarrolla una serie de acciones de control, registro y vigilancia de sus estudiantes, la evaluación en cualquiera de sus modalidades, salvo en el examen, queda diluida en el proceso educativo en el aula. Y lo más sorprendente es que el aprendizaje también queda desplazado en un segundo término al no existir una evidencia de él y la falta de realimentación.
Tamaño: Formato: Digital Paginas: 185
Año: 2025 ISBN: : 978-628-7771-58-1 Valor: Descarga Gratuita